Yo tuve un buen amigo, un amigo del que no dudaba, conocÃa sus miedos, sus flaquezas, sus fuertes. CompartÃamos todo. TenÃamos conexión, formamos a nuestro alrededor un grupo de amigos bastante majo, yo siempre era el lÃder en la sombra, siempre se me daba bien, yo era el graciosillo y él el apéndice perfecto de un grupo cómico de humor negro y/o de mal gusto, la auténtica salud, él siempre ponÃa su casa y siempre 5 o 6 hamijos pasábamos tardes enteras viendo videos chorras de Fecal, de pifias deportivas, pron descojonante o partidas de fifa, etc... Siempre con la excusa de ir a hacer trabajos que al final hacÃamos con una sutil mezcla del rincón del vago y Wikipedia, porque aunque te lo curraras sabÃamos que ni los leÃan y ponÃan la nota según el comportamiento y notas de exámenes, a ojo, y yo era rebelde desde párvulos. Fue una época magnÃfica.
Ese amigo y yo éramos capaces de saber qué pensaba el otro sin ni siquiera mirarnos, terminar las frases del otro al paso, mofarnos de todo, mismos gustos polÃticos, musicales... Era la cosa como picha al culo, por muy gay que quede.
Acabó el bachillerato, cada uno se dispersó a un lugar. Pero ese verano con proyecto de interrail, ese verano pasó algo, oh, el año de la primera Europa League del Atlético (llegamos los primeros a Neptuno, seguimos al autobús kilómetros con los jugadores en la celebración , increible) , en una quedada se trajo a una amiga, una amiga con la que un año antes no terminó de decidirse por estar con ella aunque ella se lo propuso. Nos la presentó, me la presentó. Y estaba yo saliendo con ella a los pocos dÃas, ella le habÃa pedido mi messenger de aquel chico capaz de contarte un chiste asqueroso, poner una mÃmica digna de Jim Carrey y a la vez poder hablar de temas serios tabús al minuto siguiente.
La siguiente vez que lo vi no paraba de repetir que yo habÃa ganado, habÃa empezafo a fumar (¡¡él no fumaba!! Yo tabaco negro entonces), y a decir sandeces de suicida de cuarta. Nunca me lo perdonó aunque no me lo echó en cara después, me deshice de la chica rápido con un ultimátum que ella soltó tal duro como "Eres horrible". Pero era mi amigo, no habÃa quitado nada a nadie pero se tenÃa que hacer y se hizo. Y era del Atlético.
Nuestro grupo eran 3 personas del Atlético, nos unÃa. Más un señor del madrid y alguien que le daba igual, pero éramos todos progres menos uno que era de derechas, pero nos querÃamos. Del que echamos ni hablo.
Pasaron un par de años, seguÃamos quedando, no como antes pero nos preocupábamos por vernos los 5 (uno se cayó de la lista porque estaba chalado y acabamos hasta los cojones). Yo empecé a abrazar ideas más conservadoras, por decirlo de forma suave, porque nuestro grupo era eminentemente de izquierdas hasta entonces, éramos capaces de pasar un domingo en uma manifestación del Frente Polisario, ir a una casa okupa al pogo. Tal cual. Desde ese momento empezaron las cosas raras, las excusas, los engaños, las mentiras. A mi amigo de derechas, el único que me queda de aquel entonces le pasa más de lo mismo, nunca se podÃa quedar, ya no habÃa llamadas y aunque no habÃa rechazo manifiesto la ambivalencia se hizo presente.
Pese a todo, forzando la máquina estuvimos años quedando de vez en cuando, yo le encaré un dÃa en privado y le dije que qué pasaba. Le dije que a mi no me importaba que fuera militante de ultraizquierda (y ha sido de hecho miembro asambleario del partido comunista), que aunque nosotros fuésemos simpatizantes del lado diametralmente opuesto (mejor no doy las señas exactas que esto se cae) la amistad estaba intacta, y os juro que es verdad. Ese tio se reÃa de chistes tránsfobos, homófobos, racistas... ¡De todo! Era el mismo, pero como una noche muy borracho me dijo, era una forma de "pinchar". Y sinceramente nunca hubo un problena gordo, nos lo pasábamos genial aunque no opinásemos igual, nunca importó.
Hace unos años organizamos una quedada por la ruta de las trincheras y búnkers de la guerra civil, todo genial, incluso planeamos otra para semanas después que por supuesto se hizo. Trajo una chica a la que le hice gracia por lo visto también. Yo notaba cosas, notaba miradas, gestos que ya no eran de amistad , pero quedamos para diciembre para hacer un cineforum de cinecutre, yo aportaba pelÃculas muy difÃciles de conseguir como "A Serbian Film" (prohibida en España), Sevillian Zombies, La matanza canÃbal de los garrulos lisérgicos, la peli porno del getafe...
No se me olvida ese ultimo dÃa, me encargó esas pelÃculas que yo tenÃa y tras el maratón me dijo muy frÃamente que las volcara en un disco duro, no lo hice aunque fingà hacerlo, sé que las querÃa para tenerlas para lucirse con otros grupis, os juro que le conozco muy muy bien: Me habÃa utilizado, era todo lo que querÃa de ti, tus pelÃculas premium que siempre barren a lo que otros aportaban como la saga "Gamera". Nynca más me llamó, nunca más se ha podido quedar, llegar a felicitarle un cumpleaños y no devolver por cortesÃa el cumplido, notar que le hablas por WhatsApp y te bloquea...
El grupo ha quedado tal que asÃ, 2 "fachas", 2 "rojos" y un lÃbero que va a su bola, el amigo con el que sé que quedan y se van de concierto a Ortigueira o de copas me dice que no pasa nada pero en la práctica también nos hace el vacÃo a los otros dos "afectados".
A dÃa de hoy solo sostengo relación con uno del grupo. Fue el último en ser incluido en el grupete, el que adoptamos aunque pintara tanques de la II Guerra Mundial y se supiera todo del III Reich y precisamente ha resultado ser el mejor. Es mi amigo. Pero el que yo consideraba eterno me falló.
Pocas cosas me han dolido más en la vida. Puedo dar fe, se puede resistir a una investigación de arriba a abajo hasta del Mossad (tú si eres listo vas a atar cabos Jordiecl...), se puede cambiar de mujeres, de ideologÃa, de religión y hasta de género, pero es duro saber que tu enemigo - sea el que sea- estaba en casa.
4 años sin intercambiar una palabra y sin una discusión mediante ni nada. Y lo peor de todo es que sé que bastarÃan 10 minutos en una habitación para acabar descojonaos y "olvidarlo" todo, porque no lo olvidemos, nos conocÃamos muy bien, demasiado.