Enfermera, me duele el corazón.
Enfermera, quitame este dolor.
Enfermera, quiero verte suspirar.
Enfermera, al poder este viejo cuerpo curar.
Cuan pájaro herido, me liberes de esta aflicción.
Más si no puedes, en tu alma llévame, a salvo de tal desolación.
Otro poema más. Otro capi de Lupin más. Hoy, la dedicada enfermera intentará paliar una rara enfermedad endémica de un pequeño pueblo italiano. Jigen, se dará cuenta de que no todos los dolores se curan con ibuprofeno.